LA VARIACIÓN DE LAS TARIFAS
Los pasajes en Semana Santa
IVÁN ALONSO
IVÁN ALONSO
Economista
La Semana Santa trae
inevitablemente titulares tremendistas sobre el aumento de los precios de los
pasajes al interior del país. Frases como “transportistas hicieron su agosto en
abril” son típicas del pretendido ingenio del cronista en esta época del año.
¿Pero podemos dar una explicación racional y amigable del aumento estacional de
los pasajes? Por supuesto. El inversionista que está contemplando la compra de
un ómnibus tiene que calcular si podrá cubrir sus costos y obtener una
ganancia.
Si va a prestar un
servicio regular, tiene que considerar que no siempre el ómnibus saldrá lleno.
Las tarifas que cobre deben ser competitivas en el mercado y, a la vez, generar
ingresos suficientes con los asientos que pueda vender. Digamos que el
inversionista compra un ómnibus para cien personas. Digamos, para simplificar,
que el ómnibus hace un viaje por semana.
Hay 52 semanas en el
año, de las cuales solamente dos, Semana Santa y Fiestas Patrias, tienen
suficiente movimiento de pasajeros para llenarlo. Ahí van 200 pasajeros. El
resto del año se vende nada más que 60 pasajes por semana. Ahí van otros tres
mil, que, sumados a los anteriores, hacen un total de 3.200 pasajeros anuales.
¿Cuánta plata dejan esos pasajeros? Si el pasaje cuesta 100 soles en lo que
podemos llamar la temporada baja y sube a 250 en Semana Santa y Fiestas
Patrias, porque hay suficiente cantidad de gente dispuesta a pagar más en esas
fechas, el ómnibus generará un total de 350.000 soles a lo largo del año.
Vamos a suponer que
eso es justo lo que se necesita para cubrir los costos de operación y
mantenimiento y darle al propietario una rentabilidad aceptable sobre el
capital invertido. La conclusión, obviamente, es que el inversionista compra el
ómnibus y lo pone a funcionar.
Ahora viene el Indecopi
y le dice al transportista que no puede subir los precios de los pasajes en
Semana Santa ni en Fiestas Patrias; que debe cobrar lo mismo todo el año. Si el
transportista sigue cobrando 100 soles, sus ingresos bajarán a 320.000 soles
anuales, que no alcanzan para hacer rentable la inversión. Nadie comprará más
ómnibus. Aquellos que ya están operando tienen que subir el precio del pasaje a
110 si quieren mantener sus ingresos en el nivel en el que estaban.
Lógicamente, con el
aumento del precio la demanda de transporte va a bajar. Los ómnibus ya no
saldrán del terminal con 60 pasajeros, sino con cincuenta o cuarenta (salvo
quizá en Semana Santa y Fiestas Patrias). Poco a poco se irán retirando de
circulación para no viajar vacíos. Las opciones
de horarios y destinos serán cada vez más limitadas.
Como suele suceder,
los defensores del consumidor resultarán siendo sus peores enemigos. El origen
del error está en considerar que los 100 soles que se cobra en temporada baja
son el precio “normal” del pasaje y que los 150 soles adicionales que se cobra
en Semana Santa son una ganancia extraordinaria e inclusive injustificada
porque se obtiene gracias a la premura de la gente por viajar.
En realidad, es el
conjunto de los ingresos y los gastos a lo largo del ciclo anual lo que
determina si la inversión en la compra de un ómnibus se justifica o no. Dicho
de otra manera, subir los pasajes en fechas como Semana Santa y Fiestas Patrias
es lo que permite cobrar meno a quienes viajan el resto del año.