LA NECESIDAD QUE SUTRAN ASUMA LA FISCALIZACION
SOBRE LOS SERVICIOS INFORMALES
Por: Luis Flores Fernández
Las acciones de control en gabinete y campo
sobre los vehículos menores informales debe tener la misma intensidad que
se hace sobre los ómnibus interprovinciales.
El optimismo que rodeó a quienes iniciaron el
trabajo de fiscalización del transporte interprovincial de pasajeros de ámbito
nacional con la aparición de SUTRAN, parece haberse diluido en estos tiempos, a
pesar que no ha transcurrido más de cuatro años de aquella época, es una
lastima, si esto no recibe nuevos brillos, podríamos terminar
diciendo como siempre: allí va una oportunidad más que se ha pierde para el
sector.
Los transportistas interprovinciales en
ómnibus, siempre fueron renuentes al trabajo de este nuevo aparato
fiscalizador, la desconfianza de que haya un órgano especializado en supervisar
el transporte interprovincial lo sentían como una espada de Damocles, que
terminen ellos únicamente siendo fiscalizados y la informalidad se mantenga al
mar de esta acción estatal
Los dirigentes gremiales asumieron el rol de
convencerlos que esto podría ser una oportunidad para emprender la tarea de
formalizar al transporte interprovincial, tan venido a menos por su atomización
y la presencia del bus camión y además, para emprender una lucha desde el lado
del Estado frente al avance de los vehículos menores en las carreteras,
haciendo servicio interprovincial de pasajeros sin control alguno.
En estos años la SUTRAN ha cumplido solamente
con uno de sus objetivos: reducir la conducta informal de los operadores del
transporte interprovincial de pasajeros en ómnibus, esta acción
fiscalizadora le ha costado al empresario de ómnibus sudor y lagrimas, ha
tenido que cubrir los gastos que representa dicha formalización, aumentar su
planilla para cumplir con una serie de condiciones de permanencia en el
servicio ( Estructura empresarial, sistema de GPS, control de jornadas de
trabajo, hojas de ruta, check list de los buses, etc.) por supuesto, ha
tenido que soportar fuertes sanciones de manera estoica, como parte de apostar
por una formalidad en el sector.
Esto ha llevado a que difícilmente en el ámbito
nacional tuviéramos operadores interprovinciales nacionales con ómnibus al
margen de la acción de SUTRAN, sin que esto nos lleve a decir chauvinistamente
que todos hacen cumplimiento estricto de dichos requisitos, por supuesto hay
pequeños rezagos, pero nunca se ha visto en la historia del transporte
interprovincial un control sobre los ómnibus de ámbito nacional como en estas
épocas con la aparición de SUTRAN, incluso para algunos operadores esta acción
les parece sofocadora en la realización de los servicios de transporte.
Sin embargo, la otra tarea de SUTRAN, diríamos
la más importante, la lucha contra los servicios informales o servicios
irregulares, definitivamente la guerra la viene perdiendo, sabemos
que tiene un problema de carencia de personal y recursos, pero
desgraciadamente esto no es motivo suficiente para hacer comprender a los operadores
de ómnibus interprovinciales que el lex motiv para su aparición como
órgano especializado, era de una lucha frontal y sin descanso para la
formalización no solamente de los ómnibus, sino también de aquellos servicios
informales e irregulares prestados en vehículos menores.
La desconfianza ha vuelto a brotar
en todos los gremios del transporte interprovincial, sobre todos de
aquellos corredores seriamente afectados con la presencia de vehículos
menores y servicios irregulares, consideran que el trabajo y el esfuerzo de la
SUTRAN se ha centralizado exclusiva y específicamente en los ómnibus
interprovinciales formales, tanto así que a este órgano le queda muy poco o
casi nada de recursos para luchar contra los servicios informales, tanto las
auditorias de gabinete como las de campo y los puntos de tolerancia cero que
realiza SUTRAN están encaminadas solamente contra los operadores de ómnibus que
están empadronados y que transmiten GPS, mientras tanto los servicios
irregulares bien gracias.
Un detalle que debemos advertir son las
noticias que tenemos de la dirigencia de la ciudad de Arequipa, Puno y Cuzco,
los operadores informales han logrado un control total de las carreteras en
toda la macro zona del sur, tanto así que ningún inspector de SUTRAN se atreve
a fiscalizar sus vehículos, estos operadores con la violencia han paralizado
toda acción de control, como si pertenecieran a otro Estado, la situación
en esta zona resulta risible por cuanto el órgano de fiscalización su labor se
reduce a controlar y fiscalizar a los ómnibus formales, los servicios
informales pueden transportar sin cumplir ninguna condición de acceso y
permanencia, no tienen control de jornadas de choferes, no tienen control de
velocidad, no tienen sistema de GPS, no portan hoja de ruta, como tampoco
manifiesto, etc; es decir para este segmento la autoridad de SUTRAN
no existe.
Si un organismo de supervisión centra su
esfuerzos, labor y trabajo de fiscalización sobre el segmento formal, lejos de
promover el cumplimiento de las condiciones de acceso y permanencia que ordenan
los reglamentos nacionales, termina por desincentivar a los operadores formales
que someten voluntariamente a la autoridad, por cuanto en la otra vereda del
frente, la informalidad crece y se reproduce debido a que no tiene ningún
acción de fiscalización, sea de gabinete como de campo que limite su
desapego por la ley, estos servicios irregulares o informales pueden
ofrecer sus servicios más baratos y más rápidos, por cuanto, primero, no tienen
que invertir en personal y recursos para cumplir con las exigencias
reglamentarias, en segundo lugar pueden recorrer mayores distancias en menores
tiempos que los servicios de ómnibus formales, tienen la desventura de ofrecer
sus servicios a mayores precios porque pueden llegar en menos tiempo a su
destino y todo esto con la ayuda indirecta de la propia autoridad de
fiscalización.
Al final de día, la SUTRAN se ha convertido sin
desearlo ni quererlo en un aliado no consiente de la informalidad o de los
servicios irregulares, por cuanto su acción cada día que pasa se centra en
fiscalizar a los servicios en ómnibus, en tanto que los servicios al margen de
su acción fiscalizadora viene creciendo debido a la fertilidad que representa
no tener un órgano exclusivo y encima para el control de estos servicios, en
tanto por el lado de los ómnibus hay señales inequívocas que la conducta
informal los va ganando ante la inoperancia del control de SUTRAN contra
estos servicios de vehículos menores.
Cuando los operadores formales de ómnibus
verifican que sus arcas financieras cada día que pasa se vienen menguando, la
razón, no pueden ofrecer menores tarifas que los servicios informales
debido al alto costo que representa ser formal en aras de obtener seguridad y
calidad de servicio debido al aparato fiscalizador que tiene encima de manera
permanente, sin embargo se ve tentado a reducir costos, por eso SUTRAN en los
últimos meses se ha encontrado con algunos servicios de ómnibus que no están
cumpliendo con algunos requisitos de permanencia en el servicio.
Esta tentación de nuevamente cruzar el puente
hacia informalidad de los operadores de ómnibus, está basada en que
nuestro actual y joven aparato fiscalizador no solamente representa una nula
fiscalización sobre los servicios irregulares e informales, sino que también
mella la confianza de los operadores de ómnibus formales, quienes ven menguadas
sus arcas debido a que no pueden competir con los servicios que están al
margen del control, con lo cual los lleva arriesgar a tomar decisiones
contra el propio camino que han recorrido de la formalidad.
La SUTRAN debe saber que muchas de las empresas
que la han venido acompañando en este proceso de la nueva fiscalización, ante
la imposibilidad de no poder competir en igualdad de condiciones con el
servicio irregular e informal, se han visto tentados a incumplir algunos
requisitos de la formalidad, por eso vemos últimamente casos donde muchas
empresas formales han visto perder sus choferes, los cuales no puede
retener ante el oferta informal que estos tienen , se ven la imperiosa
necesidad de ampliar las jornadas de los choferes que se quedan en su padrón,
con lo cual recrean una situación de terrible inseguridad en las carreteras.
Otro aspecto peligroso el cual nos lleva este
trabajo parcial de SUTRAN, que puede ser la debacle del transporte formal en
ómnibus de ámbito nacional, es el hecho comprobado que varias empresas al no
poder competir con la oferta informal de que sus vehículos llegan a destino en
menos horas, se han visto tentados a no enviar la señal de GPS para evadir el
control de velocidad, o lo que es peor y que nos podemos dar cuenta si viajamos
en los ómnibus, especialmente hacía el norte y centro del país, muchas de
estas empresas vienen adulterando la señal de GPS que remiten a SUTRAN,
con lo cual la central de monitoreo de flotas, jamás va poder detectar que hay
excesos de velocidad.
Por último, un omisión en la fiscalización de
las plantas que expiden los CITV y que tiene que ver con el crecimiento
desmedido de los operadores en camionetas van, estos Certificados de Inspección
Técnica Vehicular(CITV) están siendo otorgados sin verificar que estos
vehículos cumplan con los requisitos que se les ha exigido en los reglamentos
nacionales, a pesar de las múltiples denuncias, en especial contra las plantas
ubicadas en la Región de Arequipa, los dirigentes de la zona no encuentran
respuestas a su denuncia, sobre todo cuando ninguna de las camionetas van
habilitadas ilegalmente por estas plantas cumplen con las condiciones de
permanencia; en este caso SUTRAN debiera sancionar a estas plantas que
impunemente habilitan vehículos que no cumplen con los requisitos
normativos, son estas omisiones las que minan la confianza de los
operadores a favor de SUTRAN ante tan evidente anomalía en las plantas de
revisiones de esta región.
Una señal de alarma respecto al trabajo parcial
de SUTRAN es el hecho del pronunciamiento de los gremios de transportistas de
la macro región sur de Arequipa, Tacana, Puno y Cuzco, ante el incontenible crecimiento
de las camionetas van en las carreteras y el nulo control sobre estas por parte
del aparato fiscalizador, han decidido que a partir del 12 de julio no
van a permitir que los inspectores de SUTRAN controlen o fiscalicen sus
unidades, tal vez con esta decisión intentan igualar las condiciones en que
laboran los servicios informales, una medida extrema que grafica el panorama
desolador en que viven los operadores formales en ómnibus en todo el país.
Señores de SUTRAN, como podrán ver la inoperante
lucha contra la informalidad por parte de su aparato fiscalizador está
convirtiéndose en un germen de destrucción de todo lo que se había avanzado en
temas de formalidad en los operadores de ómnibus del transporte
interprovincial, si no cambian la estrategia y equilibran su acciones de
control sobre los vehículos menores con la misma intensidad que se
realiza con los ómnibus, podemos terminar por desparecer al transporte formal
en ómnibus en todo el país.