jueves, 20 de junio de 2013

LA NECESIDAD QUE SUTRAN ASUMA LA FISCALIZACION SOBRE LOS SERVICIOS INFORMALES

Por: Luis Flores Fernández

Las acciones de control en gabinete y campo sobre los vehículos menores informales debe tener la misma intensidad  que se hace  sobre los ómnibus interprovinciales.

El optimismo que rodeó a quienes iniciaron el trabajo de fiscalización del transporte interprovincial de pasajeros de ámbito nacional con la aparición de SUTRAN, parece haberse diluido en estos tiempos, a pesar que no ha transcurrido más de cuatro años de aquella época, es una lastima,  si esto no recibe nuevos brillos,  podríamos terminar diciendo como siempre: allí va una oportunidad más que se ha pierde para el sector.

Los transportistas interprovinciales en ómnibus, siempre fueron renuentes al trabajo de este nuevo aparato fiscalizador, la desconfianza de que haya un órgano especializado en supervisar el transporte interprovincial lo sentían como una espada de Damocles, que terminen ellos únicamente siendo fiscalizados y la informalidad se mantenga al mar de esta acción estatal

Los dirigentes gremiales asumieron el rol de convencerlos que esto podría ser una oportunidad para emprender la tarea de formalizar al transporte interprovincial, tan venido a menos por su atomización y la presencia del bus camión y además, para emprender una lucha desde el lado del Estado frente al avance de los vehículos menores en las carreteras, haciendo servicio interprovincial de pasajeros sin control alguno.

En estos años la SUTRAN ha cumplido solamente con uno de sus objetivos: reducir la conducta informal de los operadores del transporte interprovincial de pasajeros en ómnibus,  esta acción fiscalizadora le ha costado al empresario de ómnibus sudor y lagrimas, ha tenido que cubrir los gastos que representa dicha formalización, aumentar su planilla para cumplir con una serie de condiciones de permanencia en el servicio ( Estructura empresarial, sistema de GPS, control de jornadas de trabajo, hojas de ruta,  check list de los buses, etc.) por supuesto, ha tenido que soportar fuertes sanciones de manera estoica, como parte de apostar por una formalidad en el sector.

Esto ha llevado a que difícilmente en el ámbito nacional tuviéramos operadores interprovinciales nacionales con ómnibus al margen de la acción de SUTRAN, sin que esto nos lleve a decir chauvinistamente que todos hacen cumplimiento estricto de dichos requisitos, por supuesto hay pequeños rezagos,  pero nunca se ha visto en la historia del transporte interprovincial un control sobre los ómnibus de ámbito nacional como en estas épocas con la aparición de SUTRAN, incluso para algunos operadores esta acción les parece sofocadora en la realización de los servicios de transporte.

Sin embargo, la otra tarea de SUTRAN, diríamos la más importante,  la lucha contra los servicios informales o servicios irregulares, definitivamente  la guerra la viene perdiendo,  sabemos que tiene un problema  de carencia de  personal y recursos, pero desgraciadamente esto no es motivo suficiente para hacer comprender a los operadores de ómnibus interprovinciales que el lex motiv  para su aparición como órgano especializado, era de una lucha frontal y sin descanso para la formalización no solamente de los ómnibus, sino también de aquellos servicios informales e irregulares prestados en vehículos menores.

La desconfianza ha vuelto  a brotar en  todos  los gremios del transporte interprovincial, sobre todos de aquellos corredores seriamente afectados  con la presencia de vehículos menores y servicios irregulares, consideran que el trabajo y el esfuerzo de la SUTRAN se ha centralizado exclusiva y específicamente en los ómnibus interprovinciales formales, tanto así que a este órgano le queda muy poco o casi nada de recursos para luchar contra los servicios informales, tanto las auditorias de gabinete como las de campo y los puntos de tolerancia cero que realiza SUTRAN están encaminadas solamente contra los operadores de ómnibus que están empadronados y que transmiten GPS, mientras tanto los servicios irregulares bien gracias.

Un detalle que debemos advertir son las noticias que tenemos de la dirigencia de la ciudad de Arequipa, Puno y Cuzco, los operadores informales han logrado un control total de las carreteras en toda la macro zona del sur, tanto así que ningún inspector de SUTRAN se atreve a fiscalizar sus vehículos, estos operadores con la violencia han paralizado toda acción de control, como si  pertenecieran a otro Estado, la situación en esta zona resulta risible por cuanto el órgano de fiscalización su labor se reduce a controlar y fiscalizar a los ómnibus formales, los servicios informales pueden transportar sin cumplir ninguna condición de acceso y permanencia, no tienen control de jornadas de choferes, no tienen control de velocidad, no tienen sistema de GPS, no portan hoja de ruta, como tampoco manifiesto, etc; es decir para este segmento la autoridad  de SUTRAN  no existe.

Si un organismo de supervisión centra su esfuerzos, labor y trabajo de fiscalización sobre el segmento formal, lejos de promover el cumplimiento de las condiciones de acceso y permanencia que ordenan los reglamentos nacionales, termina por desincentivar a los operadores formales que someten voluntariamente a la autoridad, por cuanto en la otra vereda del frente, la informalidad crece y se reproduce debido a que no tiene ningún acción de fiscalización, sea de gabinete como  de campo que limite su desapego por la ley, estos servicios irregulares o informales  pueden ofrecer sus servicios más baratos y más rápidos, por cuanto, primero, no tienen que invertir en personal y recursos para cumplir con las exigencias reglamentarias, en segundo lugar pueden recorrer mayores distancias en menores tiempos que los servicios de ómnibus formales, tienen la desventura de ofrecer sus servicios a mayores precios porque pueden llegar en menos tiempo a su destino y todo esto con la ayuda indirecta de la propia autoridad de fiscalización.

Al final de día, la SUTRAN se ha convertido sin desearlo ni quererlo en un aliado no consiente de la informalidad o de los servicios irregulares, por cuanto su acción cada día que pasa se centra en fiscalizar a los servicios en ómnibus, en tanto que los servicios al margen de su acción fiscalizadora viene creciendo debido a la fertilidad que representa no tener un órgano exclusivo y encima para el control de estos servicios, en tanto por el lado de los ómnibus hay señales inequívocas que la conducta informal los va ganando ante la inoperancia del control de SUTRAN  contra estos servicios de vehículos menores.

Cuando los operadores formales de ómnibus verifican que sus arcas financieras cada día que pasa se vienen menguando, la razón, no pueden ofrecer menores tarifas que los servicios informales  debido al alto costo que representa ser formal en aras de obtener seguridad y calidad de servicio debido al aparato fiscalizador que tiene encima de manera permanente, sin embargo se ve tentado a reducir costos, por eso SUTRAN en los últimos meses se ha encontrado con algunos servicios de ómnibus que no están cumpliendo con algunos requisitos de permanencia en el servicio.

Esta tentación de nuevamente cruzar el puente hacia informalidad de los operadores de ómnibus, está basada en  que nuestro actual y joven aparato fiscalizador no solamente representa una nula fiscalización sobre los servicios irregulares e informales, sino que también mella la confianza de los operadores de ómnibus formales, quienes ven menguadas sus arcas  debido a que no pueden competir con los servicios que están al margen del control, con lo cual los lleva  arriesgar a tomar decisiones contra el propio camino que han recorrido de la formalidad.

La SUTRAN debe saber que muchas de las empresas que la han venido acompañando en este proceso de la nueva fiscalización, ante la imposibilidad de no poder competir en igualdad de condiciones con el servicio irregular e informal, se han visto tentados a incumplir algunos requisitos de la formalidad, por eso vemos últimamente casos donde muchas empresas formales han visto perder sus choferes, los cuales no  puede retener ante el oferta informal que estos tienen , se ven la imperiosa necesidad de ampliar las jornadas de los choferes que se quedan en su padrón, con lo cual recrean una situación de terrible inseguridad en las carreteras.

Otro aspecto peligroso el cual nos lleva este trabajo parcial de SUTRAN, que puede ser la debacle del transporte formal en ómnibus de ámbito nacional, es el hecho comprobado que varias empresas al no poder competir con la oferta informal de que sus vehículos llegan a destino en menos horas, se han visto tentados a no enviar la señal de GPS para evadir el control de velocidad, o lo que es peor y que nos podemos dar cuenta si viajamos en los ómnibus, especialmente hacía el norte y centro del país,  muchas de estas empresas vienen  adulterando la señal de GPS que remiten a SUTRAN, con lo cual la central de monitoreo de flotas, jamás va poder detectar que hay excesos de velocidad.

Por último, un omisión en la fiscalización de las plantas que expiden los CITV y que tiene que ver con el crecimiento desmedido de los operadores en camionetas van, estos Certificados de Inspección Técnica Vehicular(CITV)  están siendo otorgados sin verificar que estos vehículos cumplan con los requisitos que se les ha exigido en los reglamentos nacionales, a pesar de las múltiples denuncias, en especial contra las plantas ubicadas en la Región de Arequipa, los dirigentes de la zona no encuentran respuestas a su denuncia, sobre todo cuando ninguna de las camionetas van habilitadas ilegalmente por estas plantas cumplen con las condiciones de permanencia; en este caso SUTRAN debiera sancionar a estas plantas que impunemente habilitan vehículos que no cumplen con los requisitos normativos,  son estas omisiones las que minan la confianza de los operadores a favor de SUTRAN ante tan evidente anomalía en las plantas de revisiones de esta región.

Una señal de alarma respecto al trabajo parcial de SUTRAN es el hecho del pronunciamiento de los gremios de transportistas de la macro región sur de Arequipa, Tacana, Puno y Cuzco, ante el incontenible crecimiento de las camionetas van en las carreteras y el nulo control sobre estas por parte del aparato fiscalizador, han decidido que a partir  del 12 de julio no van a permitir que los inspectores de SUTRAN controlen o fiscalicen sus unidades, tal vez con esta decisión intentan igualar las condiciones en que laboran los servicios informales, una medida extrema que grafica el panorama desolador en que viven los operadores formales en ómnibus en todo el país.


Señores de SUTRAN, como podrán ver la inoperante lucha contra la informalidad por parte de su aparato fiscalizador está convirtiéndose en un germen de destrucción de todo lo que se había avanzado en temas de formalidad en los operadores de ómnibus del  transporte interprovincial, si no cambian la estrategia y equilibran su acciones de control sobre los vehículos menores con la misma intensidad  que se realiza con los ómnibus, podemos terminar por desparecer al transporte formal en ómnibus en todo el país.

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